En el ocaso.

 

Esperando encontrar el valor suficiente para ir a verte,

te has ido.

Y no me he podido despedir.

¡Adiós, Javier!

Fue un placer compartir llaves del 13,

sierras de calar, tuercas, soldaduras y paseos.

Cuando las nubes se cuarteen en rectángulos

pensaré que estás allí arriba con tu escuadra y tu cartabón

y cuando se curven en espiral,

pensaré que estás con tu compás.

¡Adiós, Javier!

 

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