Encontrar el punto exacto de sal. No vale pasarse, ni quedarse corto. Para ello controla el grado de sal del adobo y el tiempo que sumerges las piezas en la mezcla.
La solución: preguntar a l@s expert@s. ¡Mamáaaaa!...... ¿cómo te enseñaron las abuelas?
El adobo para las patas y las orejas del cerdo es muy sencillo. Se trata de una mezcla de sal gorda, agua, y la carne de pimiento choricero mezclada con ajo muy bien majado.
Se suelen sumergir las piezas de cerdo (patas, orejas, tocino o panceta) y posteriormente se escurren y se cuelgan en lo que en la zona de Castilla vienen a llamar “cocina baja” para que acaben de secarse. Curiosamente esta cocina “baja” suele estar, en muchas ocasiones, en la parte alta de las casas, en segundos pisos o en “los sobraos” (las buhardillas). Las cocinas bajas mantienen este nombre porque antiguamente en las cocinas se hacía “fuego bajo”, había un pequeño espacio en el suelo, o en una base muy poco elevada, sobre la que se encendía la lumbre y se cocinaba.
Las chimeneas de las cocinas dedicadas al secado de la matanza están pensadas al contrario que cualquier chimenea común ya que en vez de sacar el humo al exterior, permiten que éste penetre en la estancia. Es así como el cerdo adobado adquiere ese último toque ahumado tan peculiar.