No debe ser una casualidad que a lo largo de un año, a mi alrededor, haya visto crecer diferentes proyectos relacionados con la alimentación ecológica y tradicional. Lo que empezó como una revolución a pequeña escala, poco a poco se va contagiando y cada vez son más las personas que toman conciencia de lo importante que es alimentarse de forma saludable.
Generalmente, todo esto va acompañado de otros valores que están absolutamente imbricados con la dieta sana como por ejemplo los criterios de sostenibilidad del medioambiente y el fomento del “apego a lo natural”.
Cuando comencé a venir a Bilbao, bajaba todos los domingos cargada con una bolsa llena de verdura de la huerta, de huevos del corral y de carne y embutidos de la despensa. Parecía Paca Martínez Soria aterrizando en la ciudad. Lo que en aquellos tiempos tenía una connotación paleta y pueblerina, hoy es signo de consumo con criterio o, incluso, para muchos, un elemento de distinción. ¡Cómo cambian las miradas!
Os voy a hablar de algunos de los proyectos que mencionaba al inicio del artículo y que he tenido el placer de ver cómo emergían y tomaban forma. Se trata de:
Rezetas EKO. Es el blog que lidera Esther, actualmente, junto a Karmele. Cuando Esther se apuntó a un grupo de consumo recibía, como es habitual, los productos de temporada de la huerta de su productora y decidió poner en marcha este blog para compartir diferentes recetas para estas frutas y verduras del tiempo. El fin: sugerir múltiples maneras de consumir estos alimentos para no dar tregua al cansancio que puede producir degustarlos siempre de la misma forma.
Hermeneus. Es una plataforma online, al mismo tiempo que una red social, en donde se pueden poner en contacto directo el productor y el consumidor final. Además, Hermeneus apuesta por la creación de una red logística de distribución que optimece los repartos de los productores.
Lurrekin. Manu acaba de echar a andar este proyecto de cestas ecológicas. No obstante, me ha demostrado que hay mucho recorrido para las “nuevas maneras de hacer y organizar” y siempre se puede buscar un elemento diferenciador, que en el caso de Lurrekin es la gran variedad de productos ecológicos (de los que por supuesto, se puede conocer el proceso de elaboración o crecimiento y su productor), el reparto a domicilio y la “no obligatoriedad” de tener que pertenecer durante un largo periodo de tiempo al grupo de consumo.
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